La edición de 1984 del Manual de Ética del Colegio de Médicos Americanos define el consentimiento informado de la siguiente manera: "El consentimiento informado consiste en la explicación, a un paciente atento y mentalmente competente, de la naturaleza de su enfermedad, así como del balance entre los efectos de la misma y los riesgos y beneficios de los procedimientos terapéuticos recomendados, para a continuación solicitarle su aprobación para ser sometido a esos procedimientos. La presentación de la información al paciente debe ser comprensible y no sesgada, la colaboración del paciente debe ser conseguida sin coerción; el médico no debe sacar partido de su potencial dominancia psicológica sobre el paciente". Conocer la necesidad de aplicar el consentimiento informado en la práctica médica es la expresión de dos voluntades debidamente conocedoras, competentes y autónomas que deben contribuir a un procedimiento científico con proyección social. Esto se convierte en una real colaboración y beneficio en pro de la sociedad y de la ciencia.