La vida de Rubén Darío escrita por él mismo apareció por primera vez en el semanario argentino Caras y Caretas. Allí se publicó por entregas entre los meses de septiembre y noviembre de 1912. No fue hasta la publicación en forma de libro por el editor Manuel Maucci, en Barcelona en 1915, que apareció bajo el título de Autobiografía de Rubén Darío.
El yo autobiográ¿co de Rubén Darío coincide con el cliché del poeta bohemio y vividor que no se preocupa por el día de mañana. Sus problemas con el alcohol y su afición a los escarceos amorosos son tratados con simpatía y sinceridad a lo largo del relato.
Pasaba, pues, mi vida bonaerense escribiendo artículos para La Nación, y versos que fueron más tarde mis Prosas profanas; y buscando, por la noche, el peligroso encanto de los paraísos artificiales.
En esta Autobiografía de Rubén Darío, el padre del modernismo es casi coloquial y sarcástico. Su franqueza es absolutra a la hora de mostrar las fronteras entre sus compromisos políticos con unas repúblicas endebles (Nicaragua entre ellas) y su vehemencia literaria. No duda en contarnos anécdotas hilarantes sobre políticos y artistas.
La vida de Rubén Darío escrita por él mismo es una declaración de su identidad literaria hispánica. Al mismo tiempo nos narra la ambigua relación del autor con los poderes políticos.