La ciencia de este siglo es causa de gran admiración. Pero cuando nos detenemos para examinar los orígenes del universo, de la vida; de la grandiosa complejidad de las especies vegetales y animales; y especialmente la constitución y capacidad del cerebro humano, que es muchísimo más complejo que cualquier sistema electrónico compuesto por la inteligencia humana; y luego consideramos las teorías que se han presentado hasta hoy para explicar todo esto, podemos entender por qué los mismos teóricos que se habían sentido tan seguros, hoy se encuentran divididos, y multiplican el número de teorías que se contradicen entre sí. Esta situación hace descender el prestigio de la ciencia, y está llevando a un buen número de científicos a considerar la posible existencia de una Inteligencia universal que se estaba negando.