Este libro analiza la posición de Venezuela en relación con su reclamo contra Guyana sobre el territorio del Esequibo, de acuerdo con el Acuerdo de Ginebra de 1966, el cual se firmó con el objetivo principal por parte de Venezuela, de lograr un arreglo pacífico, satisfactorio y aceptable para las partes. El fracaso de la Comisión Mixta que fue designada conforme a lo que estipulaba el Acuerdo devino en un clima de hostilidad política creado por Guyana hacia Venezuela, que tuvo como consecuencia la firma del Protocolo de Puerto España, en el año 1970. Ahora bien, una vez culminado el lapso, Venezuela propuso a Guyana la resolución de la controversia por la vía de la negociación directa, pero ésta no aceptó, sino que propuso optar por el arreglo judicial ante la Corte Internacional de Justicia, cuestión que fue rechazada por Venezuela. En este caso, las partes solamente han adoptado la figura de los Buenos Oficios para la resolución de la controversia, omitiendo entonces el resto de los medios de solución pacífica de controversias contemplados en el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, a saber, la "negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección." La postura venezolana siempre se ha centrado en el arreglo práctico de la controversia, bien sea por la vía diplomática o política, pero nunca en aceptar la vía judicial como método de solución por estar totalmente en contra de la naturaleza del acuerdo, razón por la cual desde la presidencia interina de Juan Guaidó y la Asamblea Nacional de Venezuela se han sumado esfuerzos para dejar en claro esta posición, cuyos avances se exponen en este libro.
The book analyzes the position of Venezuela regarding its claim against Guyana on the Esequibo territory, according to the 1966 Geneva Agreement, which was signed, with the purpose on the part of Venezuela to achieve a peaceful, satisfactory and acceptable arrangement for the parties. The failure of the Mixed Commission, which was appointed in accordance with the provisions of the Agreement, resulted in a climate of political hostility created by Guyana towards Venezuela, which resulted in the signing of the Protocol of Port of Spain in 1970. However, once the period established in the Protocol ended, Venezuela proposed to Guyana the resolution of the controversy through direct negotiation, but Guyana did not accept but proposed to opt for judicial settlement before the International Court of Justice, an issue that was rejected by Venezuela. In this case, the parties have only adopted the figure of the Good Offices for the resolution of the controversy, thus omitting the rest of the means of peaceful solution of controversies contemplated in article 33 of the Charter of United Nations, namely, the "negotiation, investigation, mediation, conciliation, arbitration, judicial settlement, recourse to organizations or regional agreements or other peaceful means of their choice." The Venezuelan position has always focused on the practical settlement of the controversy, either through the diplomatic or political route, but never on accepting the judicial route as a method of solution, as it is totally against the nature of the agreement, which is why the interim presidency of Juan Guaidó and the National Assembly of Venezuela have joined efforts to make this position clear, the progress of which is set out below, which is reflected in this book.