En el prólogo que escribiera el profesor Pedro De Vega al libro de Carl Schmitt «La defensa de la Constitución», en la edición que en 1983 publicara Tecnos, reflexionaba diciendo que «a mi juicio, se puede afirmar que las cuestiones y los problemas que afectan a la fundamentación, legitimidad y coherencia de la justicia constitucional con el resto del sistema político democrático, distan mucho todavía de haber logrado una solución definitiva». Han pasado muchos años desde entonces y, pese a todo lo que se ha escrito sobre este tema y a la labor que durante todos estos años ha realizado el Tribunal Constitucional, tengo la impresión de que esas palabras podrían pronunciarse hoy sin que pueda rebatirse que han perdido vigencia.