La alcoba del viento es una inmersión sensorial, una mirada íntima, un confidente monólogo con la vida, con nuestro mundo. El tiempo, la niñez, la memoria, el amor todo cuanto diga algo de ti, te hable, te invite a mirar hacia dentro y verte. Busca tu reflejo, el reflejo más fiel, a veces olvidado por el activismo frenético y propone alejarse del ensimismamiento, así como arriar la bandera del yo. No es un lamento, ni un canto de pérdida, sino una reflexión en relación al antagonismo en que nos hemos visto envueltos, de la plenitud y libertad más absoluta a la constricción de las tentaciones más sutiles. Es un tránsito por las emociones rompiendo los límites físicos, una travesía en la que traspasar las zonas umbrosas de nuestro interior.